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LA CLASE DOMINANTE ES EL PUEBLO

Abril 22, 2024


Columna Editorial

Por: Isabel Cuervo


Colombia es un país de poderosos oligarcas.  Cientos de miles de burgueses dejaron sus cómodas mansiones para salir a marchar en contra de Gustavo Petro por las plazas y calles de Colombia, el domingo 21 de abril.


Cientos de miles se sumaron en Bogotá, Cali, Medellín y hasta en Barranquilla dejaron sus cómodas vidas, estrato 6, para hacer escuchar su descontento con el precipicio de Petro.


Considerando la lógica de una mente alterada, como es la de Gustavo Petro, que asegura que esta fue una manifestación de la “clase dominante”, podríamos aseverar, entonces, que el expresidente Duque realizó una gran gestión, dejando boyante a la nación, repleta de gente pudiente, con gran nivel adquisitivo.


Entonces, siguiendo su lógica, la derecha sí trabaja y la izquierda, evidentemente no sólo no trabaja, destruye lo construido.


Lo cierto es que “Fuera Petro”, era el coro que se escuchaba en boca de los manifestantes en todas las ciudades.  Manifestantes jóvenes, viejos, pobres, clase media, estudiantes y campesinos que en su cotidiano vivir han comprobado que no es ´sabroso´ lo que está pasando. Que han sido engañados, manipulados y el buen mesías les ha tributado desde la harina, el azúcar y hasta la sal.


El buen líder “del pueblo” en cuanto llegó al trono les ha dejado a su merced, con gasolina a costos estrato 7, que aumenta el valor del pasaje de bus y el pan de la mañana.

Todo esto, mientras él se pavonea por foros internacionales en una suerte de magnificación de su naturaleza narcisista con discursos de salvador de la vía láctea y más allá, aunque quede en ridículo.


En Bogotá hubo manifestantes que ni siquiera pudieron entrar en la Plaza de Bolívar, porque no cabía un alma mas.  En Medellín, según el alcalde Federico Gutiérrez, hubo una asistencia histórica y no se registraba una afluencia tan multitudinaria desde la pasada movilización en contra del secuestro y la narco-guerrilla de las Farc. Sí, los mismos amiguetes del líder que pretende ser soberano y de Juan Manuel Santos, que desde su lujosa vivienda en la villa floridana de Key Biskayne observa, cuando tiene tiempo, lo que ocurre en ese país llamado Colombia.


Cero incidentes violentos se registraron en todas las marchas pluripartidistas, a lo largo y ancho del país.  Paz, decencia y peticiones claras marcaron la jornada. ¡Fuera Petro!.


Mientras, un pueblo que desayuna con miseria aumentada y almuerza cuando puede, mientras ve cómo quienes les prometieron un cambio para “vivir sabroso” se mofan de su necesidad, priorizando sus ambiciones desmedidas de enriquecimiento sin límites y poder.


Una formula nefasta de inhumanidad que unida al mundo delincuencial y del narcotráfico pretende seguir construyendo esa red de izquierda narcopolítica de Latinoamérica.


Por eso, Lula da Silva también tuvo su manifestación de rechazo en Brasil.  Millones abarrotaron las calles de Río de Janeiro, en contra de sus medidas de censura a la libertad de expresión.


Un peligroso acto que comienza a ser usual en varios países se fortifica ahora en Brasil.

El juez de la Corte Suprema de Justicia, Alexandre de Moraes, ha arreciado su persecución en los últimos meses, ordenando bloquear cuentas de centenares de usuarios en las plataformas de internet. 


En nombre de lo que los censuradores llaman “combate a la desinformación”, miles de brasileños se han visto silenciados y decidieron salir a mostrar su descontento en las calles.


El expresidente Jair Bolsonaro, liderando la manifestación, aseguró que en el Brasil de Lula están bajo “una dictadura” e instó al pueblo a “continuar la lucha” para defender la libertad de expresión, derecho amenazado en su país bajo el actual gobierno de izquierda.


El mismísimo Elon Musk, cabeza de la poderosa, y hoy liberada, red social X, (antes Twitter), opinó al respecto a inicios de abril, luego de que Moraes lo pusiera bajo la lupa en una investigación sobre, lo que denominó, “redes dedicadas a difundir noticias falsas y ataques a la democracia”.


Osea, Moraes desde su poderoso estrado de juez censura un derecho humano fundamental, como lo es la libertad de expresión, poniendo en jaque un derecho básico democrático y acusa a quienes opinan diferente a su discurso ideológico-político, como distribuidores de noticias falsas y atacantes de la democracia.


Argumento ad baculum, en donde se pretende constituir una idea a la fuerza, sencillamente porque lo argumenta alguien con autoridad y puede ejercer un castigo si no se acepta su falso argumento esgrimido.


En la investigación de Moraes se arguye que en la red X existe una "manipulación dolosa" de la información.  Por ello, el pasado 6 de abril, la red X fue forzada, por decisión judicial, a bloquear cientos de los más populares perfiles de X, en Brasil.


“¿Por qué se ordena tanta censura en Brasil?”, le preguntó Musk al juez Moraes, etiquetándolo en la publicación, directamente desde su red social.

Luego, arremetió diciendo: “Moraes debería dimitir o ser destituido.  Qué vergüenza, Alexandre”.  Como si esto fuera poco, continuó trinando y acusó al juez Moraes de violar la constitución brasileña y traicionar a la población. 


Y sí, así es.  El que un grupo de poder defina qué puede ser dicho o no, perfilado por intenciones políticas, partidistas o una sola línea de pensamiento, es un atentado directo al derecho humano fundamental de la libertad de expresión, una violación a cualquier constitución y una traición a la población.


Increíblemente, estos procederes que sólo podrían ser imaginados, mas no justificados, en Corea del Norte, Cuba o Irán, ocurren hoy en países que pretenden ostentar democracias y pluralismo como EE.UU., España, México o Canadá.


Días después, el potentado Musk aseguró que, como una forma de lucha en contra de la censura, levantaría en su red social todas las restricciones impuestas por la in-Justicia Lulista y se alistaría a enfrentar las posibles radicales consecuencias.


Ante estas palabras, Moraes arreció y ordenó a la policía federal que abriera una investigación contra Musk por obstrucción a la justicia e incitación al delito.

Mientras tanto, como si fuera un político en campaña en lugar de juez de la más alta corte de su país, se dedicó a multiplicar sus discursos públicos.


El viernes pasado afirmó, al mejor estilo de alto militante de la izquierda, que la justicia brasileña está acostumbrada “a combatir mercantilistas extranjeros que tratan a Brasil como una colonia”.  


Entre tanto, la Defensoría Pública pidió a la justicia brasileña que la plataforma X fuera condenada a pagar mil millones de reales (US$192 millones de dólares) como indemnización por lo que llamaron “daño moral colectivo y daños sociales” a Brasil.


Tras la embestida de Musk, De Moraes también ordenó investigarlo como sospechoso de “instrumentalización criminal” por medio de la plataforma X.

¿Te suena a persecución judicial?

Esta verdadera instrumentalización de la rama judicial opera de símil manera, en varios países ya.


Acallar la verdad para construir un relato desde la corrupta cúpula gobernante es una estrategia de vieja data y eso lo saben muy bien Lula, Maduro, Petro, Ortega o López Obrador, amamantados en la cuna del Foro de Sao Pablo, desde donde se nutren todos los dictadorcitos latinoamericanos. Foro apoyado por buenazos como Pedro Sánchez de España, Justin Trudeau de Canadá o Emmanuel Macron de Francia.  Así se conforma el bloque global de quienes quieren tu bien.


Oligarcas de la izquierda unida latinoamericana, que han perfeccionado sus medidas de dominio dándole albergue dentro de sus doctrinas al catolicismo y el narcotráfico.


Mafiosos pulidos en estrategia, que, al contrario de Fidel Castro, quien fusiló y expelió de la isla a sacerdotes y monjas, estos psicópatas del SXXI han abrazado la iglesia católica como un componente más de manipulación de masas para su causa.  Y Francisco, también los abraza.


Oligarcas de la izquierda moderna que trabajan en mancuerna con el narcotráfico; no solapadamente como la vieja dictadura cubana, que aun lo esconde, si no abriendo sus cuentas de campaña y bolsas para que se las llenen a borbotones con dinero producto de la muerte de quienes esnifan o fuman sus productos destructores, o siendo parte de sus maquinarias de producción “revolucionaria” de drogas, como los grupos terroristas y narcos del ELN o las FARC.


Todos psicópatas, sociópatas que fungen como ejércitos del pueblo, pero masacran pueblo.  Todos enfermos de poder y ambición desmedida que mientras promulgan el cuidado del planeta, no dudan en botar toneladas de residuos químicos de la producción de cocaína y otras drogas en campos, ríos y veredas.


Todos desequilibrados y neuróticos que, sin lugar a duda, no escatimarán en seguir amedrentando labriegos, reclutando hijos de campesinos, violando sus mujeres, secuestrando hacendados, matando civiles y militares, con tal de conservar su macabro poder.


Mientras tanto, el ocupante de la Casa de Nariño, el que recibe dinero narco en bolsas, el que continúa adelantando acuerdos con los carteles en La Habana, osa asegurar, desde las oficinas de Palacio, que “ese pasado de mafiosos en el poder no debe volver”, refiriéndose a las marchas de los colombianos.


Su auto idolatría es tan severa que no sólo lo abandonan quienes en algun momento creyeron en sus discursos, también familiares y cercanos que se están beneficiando de su toma blanda de poder.


El senador Humberto de la Calle declaró, al calor de las marchas del domingo pasado, que “si el Gobierno continúa aislado, creyendo que lo de hoy es solo un lamento de la élite y, en consecuencia, no rectifica, su mayor problema en el 2026 va a ser el severo juicio de la izquierda. Su maximalismo terminará en una lánguida oportunidad de cambio perdida”. 


Eso dijo el mismo Humberto de la Calle que estuvo sentado en La Habana negociando prebendas con las FARC, durante la nefasta entrega de la Democracia colombiana por parte del traidor Juan Manuel Santos, cuando dejó todo el entramado armado para que sucediera lo que estamos viendo suceder hoy, mas lo que vendrá, en Colombia.


También habló Laura Sarabia, la fiel escudera de Petro, que ya pasó a la historia por someter a su niñera, en secreto, a horas de interrogatorio y polígrafo en el sotano de Palacio por el extravío de maletas con bultos de dinero en efectivo, en su casa.

“Hoy debemos tener la grandeza de reconocer que muchas personas se movilizaron, que lo hicieron con todas las garantías y pudieron expresar su descontento. Esta es una semana que, como Gobierno, debemos afrontar en reflexión y autocrítica”, dijo la Sarabia.


Al igual que en los EE. UU., cuando el barco se hunde, ya saben quiénes saltan de él. 


Un ataúd sobre hombros desfiló por las calles de Colombia. Un país en el que ya en algunas ciudades comienzan a multar a los hogares que traspasen el consumo permitido de agua y en otras se preparan para los cortes diarios de energía eléctrica.


Saludos cubanos y venezolanos… escuchar y aprender de vecinos es pertinente e importante.

A veces, hasta salvador.


Hoy, la extinción del mal es lo que claman los colombianos.

La extinción del mal es lo que se clama desde varias latitudes del mundo, porque la clase dominante es el pueblo.


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